Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2023

El reflejo de Johanna Eck

 El reflejo de Johanna Eck   Berlín 26 de febrero del 2022 Mi madre estaba hablando con mi abuela Janny, pero no les prestaba atención. Estaba absorta en la historia de mi familia. Me habían contado el porqué era tradición poner el nombre de Johanna a la primogénita. Era según el árbol genealógico mi bisabuela. Mi querida bisabuela Johanna Eck. Me enfadé al principio, habían tardado demasiado tiempo en contarme su historia, pero ahora entendí que era el mejor momento. Ahora a mis dieciocho años tenia la capacidad de entender la magnitud de su acto. Sentí orgullo, sentí la ganas de dar a conocer su historia.  Me imaginé estar en marzo del 1942 y ver cómo ayudó a Heinz, un chico joven judío que nadie quería ayudar por miedo a las represalias, pero ella no tuvo miedo. También gracias a su casera conoció Elfriede Guttmann. Quien en diciembre del 1943 la Gestapo hizo una redada en su casa, ella pudo escapar después de esconderse debajo de unas de las cama. Mi bisabuela no dudó en ayudarla. 

Cenizas de una mujer

Cenizas de una mujer. Tenía 35 años y ya había tenido cinco hijos. Era 1969 y vivían bajo la dictadura de Franco. Era una sociedad machista. Pero mi madre no era de las que se quedaban en casa a que su marido viniera de trabajar. Ella tenía que trabajar.  El dinero no alcanzaba porque tenia un marido alcohólico al que no le importaba gastarse el pan de sus hijos.  Las mujeres de antes renunciaban a ser eso,  mujeres, parecían esclavas. Solo engendraban hijos y tenían que aguantar cualquier cosa por ellos, «¿violencia de género?» eso no existía. Si te pegaban, te lo merecías, algo habrías hecho.  Un día fue al médico, le iba a pedir algo que sabía que era ilegal, pero ella iba apelar a la caridad de que pudiera entenderla y le diera la píldora anticonceptiva. Necesitaba que le ayudara. Le costaba alimentar y cuidar a cinco hijos y sabía que ella era la única que podría evitar un embarazo ya que él siempre estaba borracho y era imposible confiar en él. El médico muy famoso en esa época e

Blue Montains

 Blue Montains Otro día más lloviendo sin parar. Conducía a la estación de autobuses de la calle Franklin. Estaba intentado recabar información de mi último caso que no dejaba de atormentarme en este último año. Di un respingo en el asiento de mi coche al recibir la llamada de la central. Estaba tan concentrada pensando en los últimos hallazgos que no me lo esperaba. -Buenos días, detective Molina, la necesitan en el accidente de Blue River. -Buenos días, ¿me necesitan en un accidente de tráfico? No es mi trabajo.-Contesté algo enfadada. -Perdone, pero no puedo darle más información, no quieren que trascienda a los medios aún. Pero es importante que vaya. -Está bien. Iré. Ya veía a lo lejos las luces de policía, me acerqué a mis compañeros, se les veía el  semblante serio. -Buenos días, Molina. Necesitamos que vea esto.  La parte delantera del coche estaba destruida, habían chocado contra un árbol. Uno de los pasajero había salido despedido por el parabrisas delantero. Se veía que el e

LA LIBRERÍA DE GERTRUDE AND ADELINE

La librería de Gertrude and Adeline Ya llevaba varios libros en la cesta pero echaría un último vistazo para ver si había algo más que me pudiera llevar. —Olivia vamos a cerrar—dijo Adeline. —¡Ya voy!—conteste desde el fondo de la librería—,siento ser tan pesada.  —¡Que dices! —me dijo con una sonrisa burlona—, siempre serás bienvenida aquí, eres mi clienta preferida. —Tu siempre tan cariñosa. —Son 20 dólares. —¿En serio?—le pregunté sorprendida—,¿20 dólares por seis libros que están nuevos?. —Ya sabes que soy buena negociadora para conseguir lo mejor para mis clientes. Salí de la librería con mis nuevas adquisiciones, era un día caluroso de diciembre y veríamos el desfile del carnaval de navidad de la ciudad. Estaba esperando en la terraza a que mis amigas empezarán a llegar para comer. Mientras ellas venían echaría un vistazo a lo que había comprado. Al abrir uno de los libros había unas fotografías que no habíamos visto ni Adeline ni yo entre las hojas. Era una chica rubia, pelo r